Namaste

Ya hemos vuelto de Nepal, y sólo de pensarlo se nos rompe el corazón. No existe país más verde, gente más noble, masala más rico, comida más picante ni aire más especiado que el que hemos respirado allí.

Hemos aprendido que los pelos de elefante pinchan, que se puede conducir por el centro, que las picaduras de sanguijuela no duelen y que te puedes reivindicar por cualquier cosa, todo sin perder la sonrisa. Pero sobretodo hemos aprendido que nos separa mucho menos de lo que pensamos. Como nos dijo un anciano en Patán,

Aunque tenemos diferente color de piel, diferente cabello y ojos diferentes, es cierto que todos tenemos piel, tenemos cabello y tenemos ojos. Y todos tenemos corazón.

Sin duda, volveremos. Quién sabe si para quedarnos...?

Además, ahora podemos decir que tenemos un buen amigo en Nepal, :) Bijaya, aquí tienes una familia, ya lo sabes.

Nos hacemos mayores

No sé si es porque estoy de vacaciones (después de un mes infernal), porque se me ha inundado la casa con las últimas lluvias, o porque no veo mucho a mi madre, pero estoy triste, y eso que sólo me quedan cinco días para irme a Nepal.

Aquí mi hermano y nuestra sobrina Berta, qué guapos están, cómo crecen.


:( No me gusta decirlo, pero

nos hacemos mayores...