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Sant Esteve de Palautordera, Barcelona
Hoy he descubierto el Verdadero Objetivo de la Vida: Ser Feliz.

domingo, 22 de julio de 2007

8 curiosidades de mi persona

Le cojo el testigo a Cosichka y echo a correr. Invito a que hagáis lo propio conmigo, en cuanto llegue a meta.

De momento, y desmarcándome del resto, os voy a deleitar con ocho curiosidades neurótico-obsesivas que me describen bastante bien (lo que no quiere decir que mi vida se reduzca a ellas, claro):

01. No me gusta cocinar. Odio el cacharreo, el olor a comida, el calor de los fogones, el aceite salpicando y mil cosas que la cocina comporta. Aún así, tengo un paladar exquisito, y soy la reina del pesto y la carbonara. Mi casa perfecta es la que NO tiene cocina.

02. Tengo la curiosa manía de ponerme y quitarme los zapatos en la puerta de casa. Entrar con los zapatos de la calle me parece una cochinada. Cuando vienen visitas, sólo deseo que leviten sobre el parquet.

03. Tengo lo que se denomina entomofobia. Los insectos voladores me producen TERROR. Lo mismo da que sea una mosca, un abejorro o un escarabajo gigante.

04. No utilizo la escoba. Me parece que, en vez de barrer y recoger, volatiliza el polvo y lo deposita en los muebles. Soy fan incondicional del aspirador, en toda la casa y a cualquier hora.

05. Debo ser la única mujer de melena lisa y sedosa que NO desearía tener rizos. Ése es un mito que hay que desmentir. Me encanta mi pelo.

06. Soy purista en todo lo que hago. O como dice mi familia: puñetista.

07. Todo en mi casa, y en mi vida, está ordenado según el orden cósmico de mi cabeza. Sólo yo lo entiendo y lo respeto. Me jode en extremo que se altere ese orden, ya sea cambiando un CD de sitio, doblando los calcetines del revés o alterando la perfecta geometría en que están mis libros, macetas, cojines...

08. No puedo estar en casa. Se me cae encima. Soy rebelde y callejera, pero si he de estar en casa, prefiero estar SOLA. Yo no ensucio, ni desordeno, ni cocino ni alboroto. Cuando estoy en casa es como si no estuviera.

Podría seguir......................

Como veis, soy una joya... (risas)

miércoles, 18 de julio de 2007

Datura stramonium


Tres individuos en un salón. Una diosa, un bufón y un efebo. Al bufón le gusta la diosa, a la diosa le atrae el efebo, y al efebo... ¿quién sabe? El efebo es turbio y ambiguo... un delicioso bocado.

El salón, digamos, no es muy sofisticado. Es oscuro y patético. La única ventana se abre a un patio interior, desnudo y triste. A las cortinas de visillo les hace falta un buen lavado. Sobre los muebles reposan horribles figuritas de cristal, fotos rancias de familia... y una buena y gruesa capa de polvo. Huele a viejo por todas partes, a colonia barata y a cocina y a mugre... “... y qué hago yo aquí”, se preguntan la diosa y el efebo. El bufón, en cambio, está como en casa. De hecho, está en SU casa.

El bufón los ha invitado a comer. Intenta ser amable, ofrece jarras de buen vino y hace mil payasadas como buen anfitrión. Quiere que lo acepten, no intenta ir más allá, es simple y no tiene maldad. Le atrae la diosa, sí, pero es una atracción inofensiva, de pura admiración, para nada lasciva, le inspira respeto. La diosa, en cambio, es muy perra, y no puede parar de mirar al efebo. Lo desnuda con sus ojos, lo lame de arriba abajo, lo despoja de su delicada piel y lo devora, sin piedad, hasta dejar sólo los huesos, con los que se hace preciosos collares y pendientes, merecidos trofeos por tan magnífica presa. “Tómame aquí y ahora” grita sin voz, pasando la copa –ceremoniosamente- al blanco de sus fantasías.

¿Y éste? Se limita a beber, a dedicar largas e intensas miradas –negras y morunas- cargadas de promesas, tanto a la diosa como al bufón. Como ya hemos dicho, es turbio y ambiguo... un delicioso, ¡mmmm... delicioso! bocado... Coge la copa sin más ceremonia que alargar la mano, y la saborea lentamente. La diosa no puede más... se le humedecen los ojos, va a explotar de un momento a otro. El bufón, a lo suyo, va y viene sin parar, con vino, comida y candelabros, botellas y cestas de fruta, ajeno a lo que ocurre a su alrededor. No tiene ni idea de lo que se cuece. Y así de ingenuo y feliz, se disculpa y baja a por más vino...

... y a la diosa se le abre el cielo –que por ello es una diosa-.

- ¿Has probado el Datura stramonium? Es una planta medicinal, ¡se le atribuyen poderes afrodisíacos! Tengo una amiga que lo ha probado, y dice que no pudo parar de Llorar de Placer... ¡Llorar de Placer!! ¿... lo imaginas?

El efebo la mira, interesado, y la diosa sonríe, sonríe sin parar, y repta lentamente sobre la mesa, en dirección a su presa. Derriba vasos, platos y botellas. Derriba muros y fortalezas. Avanza y se hace grande. Unos largos y afilados colmillos asoman por los extremos de su encantadora sonrisa...

(...) Un minuto más tarde se abre la puerta, y aparece el bufón con aire apresurado. La diosa y el efebo ¿lloran? extasiados, ríen y beben y lo miran divertidos. “Jódete”, parecen pensar. Lo que pasó en ese minuto, nunca lo sabrá el bufón...

... pero su casa ya no huele a viejo por todas partes, a colonia barata y a cocina y a mugre. Huele a sangre y a gloria. Es un aroma que él –pobre y desgraciado bufón- no volverá a percibir. El aroma del triunfo. De la belleza. De la diosa y del efebo.

Huele a Datura stramonium.

lunes, 16 de julio de 2007

Trío de Corazones


Años a, no recuerdo en qué ciudad ni en qué circunstancias, mi otro Yo me preguntó por mis fantasías sexuales.

-Sexual o no, yo sólo tengo una -contesté.

-¿Y bien?



-Bueno, pues resulta que me considero poliándrica -este término me lo adjudicó él-, con lo cual, puedo amar a dos personas a la vez. No tienen por qué ser hombres -sonreí con un guiño-, pero mi fantasía es vivir con los dos a los que quiero. De una forma legal, ya sabes. Levantarme cada mañana y tenerlos a mi lado. A los dos. Desayunar juntos y despedirlos con la mano, mientras ellos se alejan de casa, camino al trabajo. En cuanto a mí, trabajaría en casa, en un invernadero enorme en el jardín (viviríamos en una masia restaurada), cultivando extrañas especies vegetales, con las que abastecería a los hoteles y floristerías de la zona. Yo misma haría los repartos por la mañana, en mi viejo 4x4 lleno de barro. A primera hora de la tarde llegaría mi segundo marido (en orden, pero no en importancia), pulcro e inmaculado de la oficina, y me sorprendería en el invernadero, pegajosa por la alta humedad del ambiente, con las manos y la cara llenas de tierra, transplantando, abonando, o quién sabe qué. Y me haría el amor contra los estantes atestados de flores, cogiéndome de la cintura por detrás y levantándome las faldas hasta taparme la cabeza. Sonrientes y agotados, nos ducharíamos y nos prepararíamos unos granizados para tomarlos mientras hacemos la cena. Mi primer marido llegaría a la hora de cenar. Con él, que es un poco hippie, tendría largas sesiones de sexo tántrico nocturno, mientras mi otro hombre duerme o nos observa extasiado. Y así, día tras día, seríamos felices y comeríamos perdices.

-Me gusta. Pero tú ya tienes un marido. ¿Quién sería el otro?

-Nooooooo..... ¡no te lo voy a decir!

viernes, 13 de julio de 2007

Oh Loto Diamantino...


Ésta soy yo. Gordita, difusa y sonriente, como me recuerda la gente. Feliciana me deslizo por la vida, ya que creo no tocar el suelo. Mi nombre significa Maravilla y Espejo. Me llamo Mireia.

Tengo 30 años. Bueno, tengo 29, pero me estoy haciendo a la idea, no quiero que los treinta me sorprendan. No quiero pillar una de esas crisis de los treinta, de las que todo el mundo habla. En realidad, lo que quisiera es no tener que cumplirlos, pero eso es inevitable a menos que ocurra una desgracia, cosa que tampoco deseo. Ante eso y cumplirlos, prefiero cumplirlos (guiño).

Soy realista, independiente y cabezona como buena capricornio. Me caracterizan mi fuerte carácter y mi integridad (¿...o será orgullo?). Me encanta el heavy metal. Hago de mis problemas una gran bola, sabiendo -en el fondo- que saldré de ellos ilesa y triunfal. Me quejo por vicio. Soy un lobo con piel de cordero, finjo ahogarme en un vaso de agua.

Estoy casada con un buen chico, vasto y tranquilo como una montaña. Estoicamente aguanta mis estupideces (que son muchas), y comparte mis vicios (que son pocos, pero bastante hard). Lo quiero con locura. Se llama Oscar, la Lanza de Dios. Él me llama mami (sabe que lo odio), porque sabe que mi instinto maternal es CERO (véase mi escasa relación con los niños). El año pasado pensamos en tener un hijo, pero luego nos dijimos: "¿para qué?" y nos fuimos a Nepal. Somos dos cósmicos.

Me gustan las plantas, tengo un invernadero de orquídeas, y adoro los animales. Hubo una época en la que fui vegetariana, pero ahora como filetes sangrientos y rojos como un demonio. Así los pido en los restaurantes. A veces pienso que me hubiera gustado ser carnicera, aunque no serviría para descuartizar pollos. Los pollos me dan lástima. Y los conejos también. Tengo un gato, aunque ésto no viene a cuento (risas).

Profesionalmente, digamos que soy diseñadora de interiores, aunque actualmente no ejerzo. Después de diez años trabajando de interiorista, tomé la decisión de aparcar esta faceta y dedicarme a otra cosa. También soy escaparatista, masajista de tailandés y jardinera. Mi currículum es una orgía profesional, no hay por dónde pillarlo. Pero soy una persona polifacética, y así debe ser. Haga lo que haga, tengo la suerte de hacerlo bien, y eso me da poder.

Como véis, no tengo abuela (mi carcajada más vil).

En fin, todo este rollo viene porque ayer, despidiéndome de una persona a la que nunca volveré a ver, ésta me dijo al oído: "Ojalá todas las mujeres fueran como tú, que te enfrentas a la vida como un hombre. Vive y sé feliz, niña".

Esas palabras son como un chute de adrenalina. Y hoy, recordándolas, me siento orgullosa de ser como soy.

¡Hágase mi voluntad por los siglos de los siglos!!

jueves, 12 de julio de 2007

The End


Esta mañana a las ocho, para comprar la carne. Haremos una barbacoa. De despedida, ya sabes. Llevamos cuatro meses juntos, viéndonos las caras nueve horas diarias. El vínculo es inevitable. Nos echaremos de menos.

Ata, Paco, Julius, Marc, el "Pater", el "Niño", Jordi, David, Jaume, Robert y Mariano... Y yo. Menudos personajes... (risas) Todos particulares, todos extraordinarios.

A las cuatro ya habremos comido y contado los chistes pertinentes. Y todos, sin excepción, evitando la despedida, nos quedaremos hasta las seis. Al fin y al cabo, es nuestra rutina. Echaremos el tiempo, entre burlas y bromas. Echaremos unas risas. Echaremos un último vistazo a nuestro alrededor, al césped que hay que segar, a los arbustos que hay que podar, a las flores que hay que regar. Y pensaremos: "¿quién lo hará a partir de hoy?"

Llegaremos a casa y nos pegaremos una ducha renovadora. Y bajo el agua, tendremos la sensación de haber cerrado un ciclo. Hoy es el primer día del resto de nuestras vidas. ¿Y mañana? Quién sabe...

Chicos, me alegro de haberos conocido. Espero que nuestros caminos se crucen algún día. Y si no, construyámoslos ¡coño! de marmolina rosa...

martes, 10 de julio de 2007

El día D


JODER!!
MAÑANA TENGO EL EXAMEN DE IDENTIFICACIÓN DE PLANTAS!!
Y ESTOY EN BLANCO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

(...)

DIOS!!!!!!!!!!